La estadística sobre la Pérdida y Desperdicio de Alimentos (PDA) es terrible “¡Que la tercera parte de los alimentos que se producen no llegue a ser comida de una persona en un país con problemas de alimentación deficiente y de hambre es algo escandaloso!”, consideró el director del Centro de Innovación y Gestión Ambiental A.C. (CIGA) José Carmelo Zavala Álvarez.
Cifras publicadas por la ONU, indican que durante 2019 se desperdiciaron en basureros de hogares, minoristas, restaurantes y servicios alimentarios, 931 millones de toneladas de alimentos. Esta cifra es el equivalente a 23 millones de camiones de 40 toneladas completamente cargados, con los que se podría dar siete vueltas a la tierra.
En la Pérdida y Desperdicio de Alimentos (PDA) hay dos variables. La pérdida, está relacionada con la producción de alimentos, en la decisión de lo que se empaca o se carga para distribución y lo que se queda para desperdicio, porque no cumple con el tamaño o forma estética para estar en el mercado.
“La pérdida desde la producción en los ranchos, en la agricultura, a orilla de parcela, puede ser por condiciones del clima. En la producción consideran forma, tamaño, aspecto visual y el transportista decide, por ejemplo, un tamaño de producto para que se ajuste a la medida de las cajas y los más chicos o más grandes son rechazados y abandonados a orillas de las parcelas porque no se ajustan al empaque”, explicó el especialista.
La otra variable es el desperdicio, este se considera cuando el producto está en manos de minoristas, cadena de frío, en mostrador, como alimentos preparados en restaurantes o dentro de refrigeradores en las casas. Estos productos tienen un tiempo de vida en almacenes, anaqueles o en las cocinas y están sujetos a madurez, conservación y condición visual.
“Hay tipos de consumo extremadamente sensibles y evidentes de pérdida, el servicio de buffet, que es un atractivo para comer todo lo que pueda y se preparan alimentos que en parte no se alcanzan a consumir y terminan en la basura. Hay cálculos sobre servicios de todo incluido que indican pérdidas de hasta el 40 % de comida preparada”, subrayó Zavala.
En México, de acuerdo con el Banco de Alimentos de México (BAMX) se desperdician alimentos producidos en promedio 38 toneladas por minuto. Estos bien utilizados podrían alimentar a 25.5 millones de personas con carencia alimentaria.
A la pérdida de alimentos hay que sumar los insumos que se emplearon en la producción de alimentos, por ejemplo, agua, energía eléctrica, para producción o refrigeración, uso de combustibles para maquinaria o transporte, jornadas laborales, nutrientes que se usaron para el suelo, etc.
Hay productos que no se encuentran dentro de este capítulo de PDA, pero que generan gastos igual que los alimentos y además causan gran impacto en la salud pública, son las bebidas y comidas chatarra. Artículos comestibles sin aporte de nutrientes por su escaso aporte de nutrientes y que sus empaques y embalajes terminan como basura.
El ingeniero bioquímico dijo que, como reacción a la PDA, vale la pena tomar en cuenta las compras de gobierno y ser más sensibles, respecto a los 300 mil desayunos que se distribuyen en escuelas de Baja California.
“Deberían ser revisados con mayor detalle, su valor calórico y su valor nutricional, es evidente y hay quejas en algunas escuelas de no tener la suficiente calidad estos desayunos. Deberían tener más cuidado en las compras de gobierno y sería un requisito hacer énfasis en el valor nutricional y en el valor calórico que se sirven en las escuelas. Las compras de gobierno deberían estar dirigidas con inteligencia para que puedan tener efectividad en la educación de los niños”, señaló.
El Programa de las Naciones Unidas para el Medio Ambiente (PNUMA), señala que los hogares son el mayor responsable del desperdicio de alimentos. Entre las principales recomendaciones está el cuidado y atención en el almacenamiento; evitar la preparación de alimentos excesiva; evitar caer en la economía del consumo y hacer compras con exceso; realizar plan de comidas y lista de compras.